En tiempos aciagos o especialmente duros, el arte funciona como un maravilloso refugio para el alma, algo así, como un extraño lugar en el que se recibe calor y el espíritu se aliviana. Y porque creo que el arte no es superfluo y mucho menos aún para unos pocos ilustrados, quiero evocar hoy, uno de esos momentos en que el arte como hijo de la civilización consiguió vencer a la barbarie. Quiero contarles la historia, de como un puñado de gente salvó los vitrales de la Catedral de Chartres.
Durante la II Guerra Mundial, el arte estuvo en guerra igual que el resto de aquella humanidad sumida en el horror y la barbarie. Así lo saquearon, lo robaron, lo explotaron, lo convirtieron en rehén de intereses y ambiciones y también lo destruyeron. Pero a la vez el arte cumplió con su llamado existencial y ayudó a muchos a mantenerse firmes y resistir. Porque si unos lo robaban, otros lo protegían, sintiendo que con ello cumplían con un deber moral que honraba la cultura y la civilización de la que se sentían responsables y partícipes.
La catedral de Notre Dame de Chartres, es uno de los prodigios del Arte Occidental, es una gran cantera artística, que desde siglo XIII hasta el día de hoy nos ilumina, o al decir poético de Virginia Wolf es «un esqueleto de ojos rojos y azules, brillando como una joya ardiente. La joya del mundo civilizado».
Pero en 1939 esa joya estaba en peligro y no la dejaron abandonada a su suerte. Lo sorprendente es que no solo salieron al rescate especialistas y entendidos, sino los simples ciudadanos, aquellos que sentían que cada vidrio de color de esos espectaculares rosetones, que cada imagen que había llegado del pasado era parte de ellos mismos. Y por más que ninguno poseía en propiedad ni siquiera de un pequeño trozo de vidrio, todos entendieron que esos vitrales eran su herencia, aquello que con orgullo debían proteger para legarlo a su gente, al mundo y al futuro.
Así fue como se puso en marcha, una de las operaciones de salvaguarda artística más emocionante y emotiva de la Historia del Arte. Un plan complejo y tan peligroso como arriesgado, que consiguió la proeza de desmontar 3.000 metros cuadrados de vitrales en tiempo record. Entre el 26 de agosto y el 6 de setiembre del año de 1939, un grupo de más de 350 voluntarios dirigidos por Jean Trouvelot, Arquitecto en Jefe de los Monumentos Históricos de Francia, se subieron a lo más alto de las paredes de la catedral y desmontaron, descendieron, embalaron y guardaron todas aquel maravilloso pasado medieval.
Se montaron decenas de andamios, se crearon aparejos improvisados, se adaptaron grúas y montacargas, cuadrillas de obreros produjeron ingentes cantidades de material para sellar las juntaras y se construyeron 1.060 cajas de madera cubiertas de polvo de corcho para proteger su delicado contenido. Cuando la tarea terminó se guardó todo en la cripta de la iglesia y la ciudad entera celebró el éxito de la empresa. Pero lamentablemente el peligro no había terminado.
La debacle del ejército francés en junio de 1940, llevó a los alemanes a las puertas de París y nuevamente se cernía el peligro sobre los vitrales. El Prefecto de Eure-et Loir, que era nada menos que el mítico líder de la resistencia francesa, el gran Jean Moulin, consiguió que se les hiciera lugar en una cantera subterránea en Périgord. Se organizó así, un minucioso plan que implicó conseguir camiones y el precioso combustible para desplazar los centenares de cajas hasta las líneas férreas desde donde partirían a Périgord.
La guerra terminó y la catedral estaba invadida por la nieve que se colaba por todos sus vanos. Pero en ese frío noviembre de 1945, la ciudad vio como sus calles se vieron invadidas por un gran convoy de camiones que custodiado por gendarmes regresaban a la catedral 65 toneladas de vitrales. Para diciembre, todos estaban de nuevo en su hogar y lentamente fueron volviendo a los vanos de la iglesia, para que nuevamente iluminaran con sus brillantes rojos y azules, el interior de una de las más hermosas catedrales del mundo. La civilización le había ganado la batalla a la barbarie.
Muchas gracias por compartir tus valiosos conocimientos.
¡Gracias Emma por este relato a corazón abierto!
¡Gracias por estos aportes tan sensibles que nutren el alma!
Qué maravilla como el pueblo se unió en esta batalla de salvaguardar el patrimonio de la humanidad .Siempre me he preguntado como todas esas obras de arte han podido sortear la barbarie de las guerras.He aquí la respuesta .
A veces Verónica, no somos conscientes de todas las peripecias que los objetos artísticos han pasado hasta llegar a nosotros. Simplemente, los vemos, los asumimos, allí están, y sin embargo, ellos calladitos cargan con increíbles historias…..y ésta es tan solo una de tantas….gracias.
Bello Emma gracias,estuve hace poquito en Notr Dame fue maravilloso todo lo que en ella se encuentra
Estimada Emma:
Agradezco infinitamente tus aportes confieso que he soñado con un sitio, un espacio de reflexión sobre arte y ahora aparece esta maravillosa página. Mis más sinceras felicitaciones, oxígeno para el alma!
Un afectuoso saludo!
José Kechichián
Gracias José, tu comentario me llega mucho. Cuando imaginé este espacio, me preguntaba si había gente- allí, del otro lado-, que le pudiera interesar. Y sentir no solo que la hay, si no que había mucha gente que lo estaba esperando, es el mejor de los regalos. Muchas pero muchas, gracias.
Gracias Emma por tu aporte!! Cada vez Que visite Notr Dame siempre me hice esa pregunta ta como ese rosetón hermoso se había salvado de aquella guerra !! Gracias por todo!!
Hola Emma: antes que nada, gracias por estos aportes que nutren el alma, y ademas me acorde enseguida de la pelicula «Tomando el te con Mussolini», en la que las veteranas mas geniales tapan todas las obras de arte con rollos de arena y la felicidad que les causo ver el resultado, te acordas????
Elena, si!!! que divina película «Te con Mussolini»…. deliciosa y filmada toda en Florencia y en San Giminiano a dondo las señoras se tienen que ir y terminan defendiendo las obras de arte. Hubo muchas historias así….otro recuerdo más….»evocar» a veces es como abrir una compuerta y si nos cuela de todo en la memoria. gracias Elena…..
Gracias Emma…. y si… «el arte funciona como un maravilloso refugio para el alma «
EXTRAORDINARIO EMMA, SOY CATHERINE LA AMIGA DE SILVIA, NO SABIA ESTE EPISODIO Y REALMENTE ME TOCO MUCHO. TE FELICITO POR TODO LO QUE NOS TRANSMITIS Y POR ENORME SAPIENCIA.
Hola Catherine, que alegría que hayas estado en el blog y que este relato te haya llevado a tus raíces fracesas…hay tantas historias de aquellos tiempos!!!! Gracias a tí por estar y leer y difundir estas historias, que solo buscan darnos un minuto de reflexión en medio de la vorágine.
Emma gracias me encanto el relato y te pregunto y que paso con los vitrales de la Sainte Chapelle, también fueron desmontados?
Gracias Adriana, me alegra que te haya gustado la historia. En el caso de la Saint Chapelle, también se desmontaron todos, es más se desmontaron cuando las dos guerras mundiales y luego, se volvieron a colocar. Pero no fue como el caso de Chartres, ya que el proceso fue hecho por las autoridades y por profesionales. Por cierto, la Saint Chapelle estuvo en el recorrido que Hitler hizo cuando cayó París….su arquitecto, Albert Speer hizo de guía….
Hola Emma!
Gracias por este relato que ilustra momentos únicos de la historia y por compartir tus conocimientos de arte que te hacen una adicta.
Qué bueno que seas uruguaya!!!
Saludos.
Una maravilla de lugar. Gracias Emma por contarnos esta bella historia de fe, de unidad, de amor, de coraje; una historia que habla del hombre, de la comunidad, de la tribu. Espero la próxima entrega!! Beso.
Querdia Raka, me alegra que te haya gustado la historia!!!! Te acordas cuando estudiábamos derecho y yo te contaba historias de arte????? que tiempos aquellos!!!!! Vos me hablabas de derechos y acciones y yo te contaba historias sobre Miguel Ángel….
Emma, es fantástico como nos estás enseñando a relacionar las obras de arte con los sentimientos más nobles de la humanidad. En este caso, tus palabras son un himno a la esperanza!!! Mil veces gracias.
Que interesante! Felicitaciones por esta pagina y gracias por compartirla! Estaré atenta a nuevos relatos…
Gracias Mónica….este blog es precisamente eso, un espacio para que todos podamos compartir.
Ana Layera 18 de abril de 2015
Excelente!! Es un hecho que desconocìa totamente.Gracias!!!
Me interesa mucho
Al leer tu historia, me transporté al interior de las catedrales en las que estuve, y volví a sentir la magia de la luz mística que allí me invadió.
Gracias Emma por permitirme revivir experiencias, tocar fibras sensibles que me emocionan !
Le Corbusier decía que las catedrales son plegarias hechas piedra; cúan grandes son esos hombres que defendieron con sacrificio estas «plegarias de piedra» para que podamos disfrutarlas hoy…
Tengo el privilegio de conocer NotreDame de Chartres y haber llorado palpando sus piedras y recibiendo el influjo de luz de sus vitrales. No conocía este pedacito de la larga historia de la Catedral, y que maravilla haber encontrado su blog. Muchas gracias!
Linda e interesante reseña de este tema Emma querida. Vengo con atraso leyendo algunas notas, más de un año, ja,ja. beso