El artista Alphonse Mucha, en su estudio de París, 1890.
Hoy quiero hablar de mujeres, de mujeres en el arte. Obviamente podría recordar a las pioneras del Renacimiento y del Barroco como Lavinia Fontana, Sofonisba Anguissola o Artemisa Gentileschi; podría recordar también a las mujeres que en la segunda mitad del siglo XIX lucharon por el respeto y reconocimiento de sus colegas masculinos, como Camille Claudel, Mary Cassatt o Berthe Morisot, o a las del siglo XX que fueron tantas y a pesar de su tiempo histórico, tampoco la tuvieron fácil.
Podría, pero en realidad, quiero hablar de otras mujeres quizás aún más olvidadas que las artistas. Quiero hablar de las modelos, esas mujeres que por necesidad o carácter asumieron el desprecio social de posar para los artistas varones. Hoy nos puede resultar muy romántico pero no era así; había que pasar interminables horas en absoluta quietud, adoptar poses incómodas hasta que los músculos se entumecían y todo eso desnudas en medio de un frío glacial. Había que soportar los reclamos del pintor, la exigua paga que no incluía ni siquiera un plato caliente y siempre luciendo imperturbable y bella.
Claro que a veces, cuando la mujer tenía carácter y el pintor no le iba a la zaga el vínculo se salpimentaba con amor y sexo. Tal es el caso de la historia de la poderosa y bella Johanna Hiffernan (c. 1843- ?) y el gran pintor James Abbot MacNeil Whistler (1834-1903). Ella era pelirroja, inteligente y tenía un carácter endiablado; él era elegante, audaz y vivía entre París y Londres como el rey de la bohemia y de la filosofía del «arte por el arte». Juntos dieron vida a algunos de los cuadros más maravillosos del siglo XIX y juntos vivieron como marido y mujer durante más de seis años.
Se conocieron en Londres allá por la década de 1860 y se fueron juntos a París en donde él la pintó vestida de blanco con un lirio blanco sobre una cortina blanca; Sinfonía en blanco N.1, era eso, una armonía orquestal de blanco sobre blanco y como tal provocó un escándalo en el Salón de los Rechazados de París de 1863. Al año siguiente la pintó en Londres en Sinfonía en blanco N.2; una lánguida figura reflejada en el espejo de una chimenea con un abanico japonés en una mano y un anillo de casada en la otra. Más escándalo para las fieras…
En 1866, cuando Whistler se fue de viaje le dio a Johanna un poder notarial para que se ocupara de todos sus asuntos, incluida la venta de sus cuadros. Pero claro, Jo seguía modelando para otros artistas y cuando posó para un Gustave Courbet medio enamorado, la cosa se complico, al grado de que dicen las malas lenguas que Johanna es la mujer de su audaz El origen del mundo (1866). Lo cierto es que la relación terminó y a pesar de ello y las otras amantes, siguieron en contacto. Prueba de ello es, que en 1870 cuando le apareció a él uno de sus tantos hijos naturales, Johanna se lo llevó a vivir con ella y lo crió como si fuera propio. La última vez que la vieron viva fue el 17 de julio de 1903 en el funeral de su querido y extravagante James Abbot MacNeil Whistler.
Grande Emma,como una prestidigitadora nos enseñas una parte de la historia para envolvernos con tu magia,y llevarla a continuación por otros derroteros inusitados.Las modelos son sin duda las heroínas anónimas y musas que inspiraron a artistas,pero gracias a tu relato abandonaron, siquiera durante unos párrafos, el ostracismo.
Muchas gracias Sergio por tu comentario. Estas mujeres silenciosas que hoy vemos y admiramos, fueron de carne y hueso y valen ser recordadas.
Muy interesante esta entrega! Seguro debe haber más historias de pintores y modelos que se puedan desenterrar. Creo que esa relación fue la de Pissarro y su esposa y Monet y la suya. Tú lo confirmarás. Gracias.
Gracias Cristina…hay muchas modelos que inspiraron a sus pintores y muchas más que tuvieron turbulentos romances y pasiones con sus pintores. Pisarro -como todos los impresionistas- pintó a Julie,su esposa muchas veces, pero en realidad no fue modelo de él, era la cocinera de su mamá. Lo que implicó un escándalo brutal para la familia cuando ella y Pisarro se escaparon de la casa familiar. Distinto es el caso de Camile Monet, que sí fue su modelo, así la conoció y así se enamoró de ella. Renoir igual, se enamoró de su modelo y se casó con ella y fue la madre del famoso director de cine Jean Renoir. En fin, son muchas….ahh, me olvidaba, también están las famosas modelos de los pre-rafaelistas ingleses. Mirá de repente, la semana que viene escribo de una de ellas…..gracias
Qué historias!!!! Gracias
Enviado desde mi iPad
Interesantìsimo,gracias.
Impagable como siempre.!! Es facinante el mundo de aquellas épocas, con la figura de la Mujer. como inspiradora de grandes obras, y además transgresoras….!! Seguro nos vas ha regalar, la riqueza de esas histórias, con protágonistas femeninas ignoradas a estas alturas… con lucimiento eterno para él realizador y ella , una desconocida para el mundo…
Mucha injusticia, tú comienza, a deleitarnos con las rica historia, que nos ilustran.!!
GRACIAS. EMMA
Qué lindo tema , que hermosa nota Emma….también recuerdo aquellas bailarinas de can-can que pintó Touluse Lautrec, divinas…. gracias una vez más
Si, es una gran idea.-
Creo que merecerían un gran exposición de fotos, bocetos del backstage de los grandes o miserables Estudios y Atelliers del gran Arte, que hoy generan cientos de millones de dólares a los cómodos FILISTEOS INVERSORES de éste *revolcado* siglo XXI.- El de las más gloriosas tecnologías y el de las más tenebrosas miserias.-
Muy buena historia especialmente por tratarse de mujeres famosas
del siglo
XIX.
Otro lindo artículo podría ser las mecenas. Desde Isabel la católica, Margarita de Austria, Isabel…
Muy bueno Emma.
Me hizo acordar a una historia- leyenda que existe en Buenos Aires . Busqué en Internet y encontré lo siguiente:
»
«en una pequeña ciudad del sudoeste francés llamada Albi, que queda cerca de Toulouse, el adjunto del alcalde, Jean-Jacques Fleury (traductor de español y apasionado por la Argentina) me trajo un libro de Cortázar, con dibujos de Hermenegildo Sabat, titulado Un gotán para Lautrec. En ese texto, Cortázar pasaba revista a las francesitas del tango como Madame Ivonne o Margot. Pero el gran hallazgo consistía en haber descubierto que la Mireille del cuadro de Toulouse-Lautrec, El salón de la rue des Moulins, una gordita pelirroja con medias verdes, apoltronada sobre almohadones de terciopelo granate, se había venido a un burdel de Buenos
Aires allá por finales del siglo. Agreguemos que el cuadro está en el Museo Toulouse-Lautrec de Albi, donde nació el pintor.
Cortázar agrega: no será «la rubia Mireya» del tango de Gardel?»
Como siempre pienso, lo tuyo siempre original e interesante!!!!!!!un placer leerte, beso,Catherine.
[…] En marzo del año pasado podía haber escrito sobre la infinidad de mujeres pintoras que hay en la Historia del Arte desde el siglo XVI en adelante, en cambio escogí escribir sobre las grandes olvidadas del arte: las modelos. Esas sufridas mujeres que por necesidad, amistad o amor aceptaban pasar horas y horas quietas, desnudas y muertas de frío bajo el ojo escrutador de un hombre. Si lo quieren leer aquí va el link de Cosas de Mujeres (https://arteemmasanguinetti.com/2016/03/11/cosas-de-mujeres/) […]
Ema: un placer como siempre leer tus relatos de pequeñas y grandes historias; lo haces de tal manera que llega al lector, en mi caso, de una forma que me acaricia, porque eres suave al escribir, sin que deje de importar la denuncia en este caso , de estas pobres mujeres. Gracias.
Increíble tu facilidAd para rescatar recónditos historias. Quiero más. Tu admiradora Ana Elena Pedragosa.mi email anaelena321321@gmail.com
Ademas de los mas valioso,que entiendo es «valorar» el trabajo de modelo,,,me resulta muy acertado,rescatar del olvido,todo lo que el Arte crea,en las relaciones humanas…Es un placer,leerle,,,que enseña con la Normal Alegria,,,Gracias !
Gracias Ema… Por reivindicar a esas mujeres que hoy poco se recuerdan , porque quien las mostró en sus pinturas seguramente no pensó ,que ese ser tan bello tenía sentimientos, sentía frío y exponía su cuerpo en beneficio del éxito del pintor… Eres genial por contarnos y hacer que nos detengamos a observar cada pintura y cada detalle!!
Encantada de seguirte en tu Blog, Emma tus descripciones son sutiles y muy ilustrativas. Siempre sentí pena y admiración por esas mujeres, cuya belleza era útil a los pintores. Y si. .Me las imaginaba sufriendo en esas largas horas en pose, al servicio de los caprichos del pintor.
I was attacked by one of these killer chnipumks were it went directly for my throat. I needed hundreds of stitches after the claws dug in to my neck i realized i thought to myself I’m going to die, the chipmunk has my throat. I remember falling to the ground after the chipmunk lunged to attack me. I remember reading people dieing after being killed by killer chipmunks but i thought to myself this could never happen to me. I almost bled to death on the side of the road. The doctors tell me i was lucky to have survived not many people get a second chance at living after being attacked by killer chipmunks