Dice el dicho popular que lo que «natura no da, Salamanca no presta» y no voy a ser yo quien lo desmienta, menos aún en estos tiempos. El punto es otro; es que el mes pasado anduve por las Españas y reparé una de las tantas faltas de mi vida: visitar la Universidad de Salamanca. Pues les aseguro que la sensación que experimenté fue la contraria a la del dicho; algo así como que la natura da pero Salamanca presta y mucho.
Porque desde su fabulosa fachada a sus ancestrales claustros y aulas, esta maravillosa institución, primera universidad de España y tercera de Europa después de Bolonia y Oxford y que fue fundada el rey Alfonso IX de León en el año de 1218, desprende un mágico aire de respeto por el saber y por el esfuerzo que implica lograrlo, que estremece hasta al más bien plantado.

No es fácil de explicar, se trata de algo inmaterial, no se ve, no se toca, no se oye y sin embargo, está. Está en el aire que se respira al entrar al aula donde Fray Luis León enseñaba en el siglo XV, está en la imponente biblioteca en la que descansan centenares de incunables, en los largos corredores de techumbre mocárabe y en el gran claustro en el que pasearon sus reflexiones Luis de Góngora (1561-1627), Calderón de la Barca (1600-1681), Miguel de Unamuno (1864-1936) y tantos otros más.

No imaginemos grandes despliegues artísticos ni rebuscadas decoraciones, por el contrario, todo es austero y simple pero es en esa austeridad y sencillez en donde habita lo inaprensible, la percepción de que esas piedras son la idea misma del esfuerzo por el saber. Y también su dignidad y también su desafío; allí en 1492 Antonio de Nebrija escribió la primera gramática de nuestro idioma y osó reclamar derechos de autor (el primero en Occidente); allí en 1572 la Inquisición se llevó a Fray Luis de León por traducir el Cantar de los Cantares a lengua vulgar; allí en 1529 Francisco de Vitoria escribió las bases de lo que hoy conocemos como Derecho Internacional.
Fue allí, un día de 1936, en donde Miguel de Unamuno abrió el curso académico como rector de la casa retando al general franquista Millán-Astray con su famosa frase: «Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en este lucha: razón y derecho».

Todos estos grandes hombres fueron seres excepcionalmente dotados por la naturaleza, no obstante, Salamanca los formó, les dio su disciplina y sus principios y lo más importante, les dio la dignidad combativa del que sabe que está en lo cierto y que no llegó a tal convicción por casualidad o fortuna.
Me fui de Salamanca sobrecogida y en silencio, me fui con el sabor de todo lo que se pensó, se discutió y se reflexionó entre sus paredes, me fui con las valientes palabras de Unamuno resonando en mi cabeza y con la sensación de que la natura da, pero Salamanca también presta.
Gracias, una vez más!
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Gracias Emma Como siempre excelente Extrañabamos tus comentarios
Lo sentí, lo viví gracias a tí.
Muy bueno tu comentario, tu recuerdo de esas frases de Unamuno , y las fotos, especialmente la Cátedra de Fray Luis de León y esos duros y angostos bancos que deben guardar tantas voces,,,,,,
Fantástico, Emma. Te extrañaba por todas tus «confesiones», pero ésta, sobre la Universidad de Salamanca, me erizó la piel.- Fue como ver y oir a Fray Luis de León,Francisco de Vitoria y Miguel de Unamuno que nos hablaban desde allí. Como siempre, muchas gracias.
Hermoso Emma y muy emotivo!
Ojalá pueda visitarla !
Maravillosa descripcion; objetiva y subjetivamente, trasmite, enseña, motiva..
Tantas veces Madrid y alrededores pero para mi, Salamanca es una asignatura pendiente asi que…VALE ! -como suelem decir los españoles-.
Qué divino todo: tu viaje, tus comentarios, tú manera de transmitir, tú sabiduría, tú riqueza interior. Gracias por compartir.
Tremenda crónica, Emmita, muchas gracias……y no te os pierdas……
Te extrañaba, Emma.una preciosura tu relato.Lo agradezco,me hizo retroceder al 2006 ,cuando realice un viaje a España con Sergio Puglia y estuvimos en esa divina Salamanca ,visitando entre otras reliquias que guarda esa ciudad la histórica Universidad.Gracias
Te extrañaba, Emma.una preciosura tu relato.Lo agradezco,me hizo retroceder al 2006 ,cuando realice un viaje a España con Sergio Puglia y estuvimos en esa divina Salamanca ,visitando entre otras reliquias que guarda esa ciudad la histórica Universidad.Gracias
Emma: Es tan vívido tu relato que me estremecí contigo e hiciste que viera con mi imaginación los grandes cerebros que tú nombras. Gracias. Lamento mucho no haber tenido cabida en tu curso de este año para el cual me postulé, sucede que tengo 83 años y aunque con mucha salud no sé hasta cuando ésta me va a responder y me habré perdido un enriquecimiento, que aunque tardío, sería un placer espiritual que la edad creo que no me descalifica para disfrutar.
EMMA, Siempre maravillosa e impagable, el relato tiene a esas voces, que dieron el verso. !!!
Me ha llegado al alma, tus palabras y recuerdos…
Gracias por iluminar en cada entrega. …
Gracias Emma, por tus relatos nos haces sentir allí mismo!!!! Se te extrañaba !!!!